·El senador del Partido Socialista, Manuel Miranda, ha explicado que esta tubería es un recurso perfectamente compatible con la minoración de los trasvases y la conservación de caudales ecológicos, porque respeta los dos principios fundamentales: “Primero beber y luego regar; y mantener un caudal ecológico mínimo en el río para que se mantenga vivo”
·“Esta es una obra que el Partido Popular paralizó, es decir impidió el uso de agua para beber a los castellano manchegos, pero no paralizó el trasvase que permitía que Levante regara, de hecho intentaron dar carta de legalidad a esos trasvases con el famoso Memorandun del Tajo, una ley que permitía trasvasar sin tener en cuenta la situación de la cuenca cedente”, ha concluido Miranda.
Albacete. Jueves, 30 de marzo-. El senador del partido socialista por la provincia de Albacete, Manuel Miranda, ha calificado de momento histórico la puesta en funcionamiento de la tubería de la llanura manchega “ya que supone un ejercicio de ordenación de prioridades lógicas en el uso del agua: primero beber y cuando esté garantizado el uso de boca, regar. Y siempre manteniendo el río, porque estrujar el río no beneficia ni a la cuenca cedente ni a la perceptora”.
La Tubería Manchega permitirá que 90.000 personas de las provincias de Albacete, Ciudad Real y Cuenca puedan beber agua del Tajo, pero en una futura ampliación alcanzará los 500.000 perceptores. La obra fue planteada por el expresidente José María Barreda en 2005, este viernes se cumplen 18 años desde que se anunciase, porque los gobiernos del Partido Popular en la región y nacional han paralizado de manera sistemática su desarrollo.
La obra consta de 150 kilómetros de tubería con capacidad para distribuir 3.200 litros por segundo y ha costado más de 300 millones de euros – el primer ramal-. Los municipios de Albacete que se abastecerán con esta tubería son Villarrobledo y Minaya. Tendrá un plazo de pruebas de seis meses y paulatinamente ampliará la cadena de infraestructuras primero con una planta de ósmosis para que el agua tenga calidad y después ampliando los municipios que se abastecerán llegando a los 500.000 habitantes, esto se traducirá en que en el futuro permitirá llevar agua hasta La Roda.
Una política hídrica razonable: con criterios humanos y ecológicos
Miranda ha explicado que el problema no es una política hídrica redistributiva, “en España llevamos haciendo políticas hídricas desde la época de los romanos, el problema es cómo se distribuye y con qué criterios”. Y ha defendido lo que vienen diciendo todos los textos legales y la lógica, “primero se bebe y luego se riega”.
Y ha añadido que si hoy tenemos disputas por el agua es porque se han cometido muchos abusos: por un lado, sobre el río, que se ha sobre explotado en beneficio de Levante, “Levante siempre ha interesado a Madrid por cuestiones económicas y demográficas”, pero ahora Europa y los Tribunales Españoles han dictado la necesidad de mantener un caudal ecológico; y por el otro con los propios ciudadanos, a los que no se les estaba garantizando el uso doméstico del agua. “En esta región hemos vivido la amarga ironía de tener agua, tener el trasvase sacando agua y tener que abastecer pueblos con cisternas”, ha recordado el senador.
Siguiendo esos criterio, ya en julio del año pasado, Miranda presentó una moción a la a la Comisión de Transición Ecológica y Medioambiente que era aprobada y en la que se instaba al Gobierno a la reactivación y puesta en marcha de la tubería manchega. “Una moción – ha recordado el senador- que pedía agua para beber, para uso de boca, que es el primer uso que reconoce la Ley de Aguas y que por supuesto, desde Castilla La Mancha, tampoco le negamos a nadie”.
“Esto que han llamado la guerra del agua no existe, ni ha existido nunca”, ha aseverado Miranda, “ha sido un saqueo continuo que comenzó hace más de 40 años”. Ahora gracias a esta tubería 90.000 personas de la Mancha tendrán agua para beber, y en el futuro llegará a medio millón de castellano-manchegos. “Esta es una obra que el Partido Popular paralizó, es decir impidió el uso de agua para beber a los castellano manchegos, pero no paralizó el trasvase que permitía que Levante regara. De hecho, intentaron dar carta de legalidad a esos trasvases con el famoso Memorandun del Tajo, una ley que permitía trasvasar sin tener en cuenta la situación de la cuenca cedente”, ha concluido Miranda.